Hago tiempo en el café-librería de Joaquín Costa. He quedado con mis amigos de la librería rusa, en la misma calle. Me relajo en uno de los comodísimos sillones. Pienso en el nombre que podría poner a este blog. Miro a través de la ventana y observo a los distintos transeúntes. Se me aparece el nombre mentalmente, como un rótulo de Las Vegas.
Recuerdo que estoy también en una librería. Echo un vistazo a unos cuantos libros usados con la excusa de poder encontrar, por ejemplo, El agente secreto de Joseph Conrad. Encuentro títulos como La ciudad de la niebla de Pio Baroja, La fuente encantada de Juan Ponce de León -de una colección de Seix Barral llamada Grandes Exploradores Españoles/Narraciones novelescas de la conquista del Nuevo Mundo- y una versión francesa de Paul Auster, La musique du Hasard. Entre ellos, un libro misterioso. Sin letras en la cubierta, sin publicidad. Lo cojo y vuelvo al sillón.
Levanto la cubierta. Encuentro una paginita, de otro libro. Combate de hombres y leones. Política de pan y circo, un clásico de ayer y hoy...Detrás, el final de un relato -"Dios había perdonado al pecador llevándoselo al cielo."(sic)- y un párrafo enumerando las razones por las que comprar aquel librito: 300 cromos de amena lectura, los hechos más notables de la Historia Universal con 300 grabados, con 300 chascarrillos, 300 geroglíficos, 300 charadas en acción, 100 caricaturas y tipos cómicos españoles, 50 tipos de mujeres de todas las provincias, 50 de todos los cuerpos armados de la península, 20 cantares populares en acción, 20 cuadros de las diferentes suertes del toreo y otras muchas curiosidades.
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