El Müggelsee es uno de los lagos que tienen los berlineses (en concreto, la clase trabajadora y la clase media, unificados excepcionalmente por el bañador) para hacer ver que están en el Mediterráneo. La arena es muy fina, de buena calidad, como todos los productos que aquí se encuentran. El baño se hace difícil, pues por mucho que se vaya lago adentro la profundidad de las aguas sigue siendo cómica (altura rodilla). El agua es turbia, pero se hace ver que es maravillosa (otra especialidad del carácter teutón).
Marc bromea: "¡Son todos guiris!"
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No muy lejos, hay un barrio residencial con un nombre cursi, pretencioso e innecesario que revela carencias y complejos:
Neu Venedig (La nueva Venecia). Clase alta. Canchas de tenis. Césped cortado a navaja. Coches de gama demasiado alta. Y canales, claro. Privados.
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